Wednesday, December 28, 2005

EL MURO DE LA VERGUENZA

Verguenza la que pasa la selección cada mundial o cada club mexicano en los penales, si los otros fallan uno los mexicanos fallan dos, si fallan dos México falla tres, por eso los futbolistas mejor se van a trabajar de mojados. Verguenza poner de fondo la canción Baba O' Riley del grupo The Who en el estupido comercial contra la corrupción. Verguenza es que los mexicanos tengamos ídolos como Hugo Sánchez y le vayamos al América, y todavía decimos que construirnos un muro es vergonzoso y quienes ponen la queja internacionalmente son los diputados ratas y huevones que no aprueban ninguna reforma ni se dignan a mejorar ni salarios ni proponen reformas sociales tan necesarias. Los que menos deberiamos de sentirnos ofendidos somos nosotros que le damos el mal ejemplo a nuestros hijos, tranzando, siendo ojetes con el prójimo, cogiendonos a las viejas de los demás y bebiendo chela como si el mundo se fuera a acabar. Cuando nos conviene The Washington Post, The New York Times y hasta el pendejo de Hugo Chávez tienen razón, siempre y cuando estén de acuerdo con nuestra postura. Hay que reconocer que no buscamos prepararnos y por eso decidimos emigrar a un país vecino, me gustaría ver la cara que pondrían todos aquellos que estan en contra del muro si de repente 4 millones de guatemaltecos y salvadoreños inundaran el país quitándonos el trabajo (que no será muy difcil) y paseando por los centro comerciales que tanto presumen los juarenses, vamos a ver si no les construyen un cerco con espinas y vidrios quebrados con aceite en el borde al más puro estilo nacionalista. La verguenza de ese muro está aquí con los que nos quedamos viendo como idiotas la manera en que somos tranzados y trapeados por el gobierno que nosotros elegimos y fuimos forjando. Ya nomas falta que queramos también hacer una marcha contra el muro. Y a mi Bush me vale madre, finalmente no es el presidente de mi país.

El recorrido de una monja que se colgó por descolgamiento

Me sorprendió ese título exhibido en una librería de la avenida Lerdo. Lo que no me sorprende es la estupidez humana de la cual hemos hablado bastante creyéndonos algunos que no pertenecemos a esta corriente. No se con qué motivos, ocultos tal vez, pensamos que podemos juzgar a los demás sin importar nuestras acciones. Como diría el sr. Abascal, quien este libre de pecado que lanze la primera piedra. Entonces porque los candidatos se tiran con todo (excepto con propuestas) como si no tuvieran cola que les pisen. Cuando Montiel fue electo para gobernador del Eestado de México, una de sus frases más recordadas fue que los derechos eran para los humanos y no para las ratas. Habrá que preguntarle que piensa ahora. Andrés Manuel ni vale la pena mencionarlo, es apenas un personaje ridículo en el cual tristemente, muchos mexicanos tienen depositada su confianza del nuevo mesías. Madrazo es el claro ejemplo de la soberbia y la pendejez y yo soy un claro ejemplo de la incongruencia, no voy al Miércoles de 2*1 pero prefiero usar el transporte de la empresa para ahorrar gasolina, la gente me pregunta cosas y yo a todo digo que si, si a la caza de ballenas, si al aborto, si a la discriminación, si a la música pop. Lo más trsite de todo es que hay personas que creen en mis respuestas, así como sigue habiendo ingenuos que piensan que vivimos en un México demócratico.

Tuesday, December 06, 2005

UN DIA SIN MEXICANOS

Siempre me han gustado las ciudades en ruinas, cayéndose a pedazos, con como una imagen de mi propia ruina. Nada mejor que caminar entre la indiferencia y el desencanto, con la cabeza enredada en la inconciencia de la cerveza y el diario PM de dos pesos. Me dijeron que una manera fácil de quedarte sin dinero es yendo al Joker’s pero ni siquiera ahi encontré la decadencia necesaria. Así que me adentré en mi propio blog, como un gusano que se resiste a romper la crisálida. Tampoco encontré mucho. Decidí dejar las páginas y lanzarme a recorrer calles y revistas, olores a tacos, hidrantes viejos, edificios calcinados, ciegos, locos y minúsvalidos pidiendo limosnas, camas matrimoniales, algún calentador de agua, ofertas, prestamos y empeños, casas en renta, carritos de hot dog, automóviles, en fin caminar por el centro, sin embargo terminé ahogado en mi propia herrumbre y un vómito me devolvió a mi sitio, a esta silla gris y giratoria desde donde escribo que me hubiera gustado lanzarme por un poco más de tiempo a la ciudad. Descubrir debajo de los periódicos viejos y el aceite quemado a los escritores fundidos con el asfalto y aprender de los predicadores alternativos de los días finales como sobrevivir el verano juarense.