Tuesday, December 06, 2005

UN DIA SIN MEXICANOS

Siempre me han gustado las ciudades en ruinas, cayéndose a pedazos, con como una imagen de mi propia ruina. Nada mejor que caminar entre la indiferencia y el desencanto, con la cabeza enredada en la inconciencia de la cerveza y el diario PM de dos pesos. Me dijeron que una manera fácil de quedarte sin dinero es yendo al Joker’s pero ni siquiera ahi encontré la decadencia necesaria. Así que me adentré en mi propio blog, como un gusano que se resiste a romper la crisálida. Tampoco encontré mucho. Decidí dejar las páginas y lanzarme a recorrer calles y revistas, olores a tacos, hidrantes viejos, edificios calcinados, ciegos, locos y minúsvalidos pidiendo limosnas, camas matrimoniales, algún calentador de agua, ofertas, prestamos y empeños, casas en renta, carritos de hot dog, automóviles, en fin caminar por el centro, sin embargo terminé ahogado en mi propia herrumbre y un vómito me devolvió a mi sitio, a esta silla gris y giratoria desde donde escribo que me hubiera gustado lanzarme por un poco más de tiempo a la ciudad. Descubrir debajo de los periódicos viejos y el aceite quemado a los escritores fundidos con el asfalto y aprender de los predicadores alternativos de los días finales como sobrevivir el verano juarense.

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