Wednesday, January 30, 2008

Pensamientos profundos acerca de la gran obra Camino Real

AAAAAAAAgh –gritó la mujer mientras veía, deformando su rostro con incredulo gesto, como su auto iba desmoronándose en pedacitos hasta el fondo del camino real. En medio de la carretera varios autos comentaron entre frases de tragedia y exclamaciones de compasión lo buena que estaba. Aunque lo buena no le quitaba lo pendeja. Había dejado su auto en neutral y como en una escena de comedia gringa en vacaciones el auto fue a parar directo al fondo del infernal camino, tan criticado por los opositores del Teto, quienes afirman que ahora si los tornados pisarán suelo juarense ante la despoblada vista de los cerros. La mujer se llevaba las manos al cabello y agitaba con fuerza su celular nokia mientras emitía sonidos muy parecidos a las palabras y palabras completas como "chingada madre" "no mames" entre algunos sollozos y rabietas desesperadas. Luego de que un trailero se ofreciera a llevarla de vuelta a la civilización, exclamó algo que estremeció al conductor: "esto nos deja el progreso". El chofer solo pudo pensar dentro de si: "que lastima, tan buenota y tan desinformada, esta carretera facilita nuestro trabajo permitiendo una mayor movilización de los camiones generando oportunidades de empleo y ganancias para la frontera". Luego ambos callaron durante el trayecto mientras él le miraba las piernas. En el cruce del boulevard Zaragoza estuvo hablando un rato con alguien que parecía su novio. Salió regañada, mejor ni le hubiera dicho nada. El trailero, en cada cambio le metía rozones en la pierna hasta que en una de esas, luego de tantear el terreno le acarició la pierna y fue subiendo la mano hasta la pucha. La mujer inclinó la cabeza, se acomodó el cabello y le dijo: "bueno, pero yo cobro 200" el chofer pensó: "pues hasta 250 te daba, si estas bien mamacita". Se detuvieron en un hotel durante cuarenta minutos (eso porque la vieja fue a cagar unos veinte minutos). Al final ambos retomaron su camino, ella se bajó en el centro para tomar un camión a su casa pensando: "Pinche Teto y sus grandes obras, ya se me chingó el carro y hasta un palo me tuve que echar". El chofer siguió su camino al Paso Texas pensando: "ahí se fue el regalo de San Valentín de mi vieja, que bueno que el Teto abrió el camino Real".

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