Año nuevo, muertas nuevas

Para no desentonar con años anteriores, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez siguen acaparando la página principal del periodico vespertino PM, pieza fundamental de la cultura fronteriza y que ha venido a reemplazar al gastado Méxicano. Hace un par de días, un hombre mató a su nuera embarazada con un hacha mientras ésta se bañaba. Según su delaración el objeto de la disputa fue un sillón. Cuanta rabia llevamos reprimida que somos capaces de descuartizar en forma fría a otro ser humano con el menor pretexto. Ya son comunes los asesinatos sádicos, apenas el año pasado un abogado asesinó a su esposa a cuchilladas, de igual forma, un trabajador de maquila mató a su cuñada y una niña, enfurecido por no encontrar a su ex novia. Así como Sam argumentaba que el diablo a través del perro de su vecino le obligaba a matar, neurotizó a New York asesinando parejas con una calibre 44, aquí hace mucho tiempo que la histeria fue dejándose a un lado, ocupandonos de contar las muertas mientras que cada procuradoría, sub procuradoría o fiscalías especializadas en el asesinato de mujeres siguen repitiendo como un guión esas pequeñas frases que finalizan con un "seguiremos investigando" y los asesinos confesos y convictos se pierden en la neblina –similar a la que esta mañana azotó la ciudad- con la duda de ser los verdaderos culpables o criminales fabricados. Recuerdo vagamente a un tipo que con una lata asesinó a una mujer. Nos hemos vuelto tan insensibles junto al descaro de los medios que se pasean enardecidos en la desgracia de otros para llevar las noticias, presumiendo de ser los primeros. Qué importa tener la primicia cuando una niña es violada, mutilada y quemada en su domicilio por el padrastro? O cuando otra niña aparece desmembrada en una cubeta de cemento? Dónde esta el triunfo del que presumen los noticieros: Fuimos los primeros, le llevamos la noticia de forma veraz y oportuna. En este año las mujeres no se sentirán más seguras que en otras epocas, no hay nadie a quien acudir, ninguna dependencia que procure evitar estas muertes, ni siquiera son capaces de resolverlas. El año cerrará con una nueva cifra de mujeres muertas, mientras los gobernantes siguen llevándolas con engaños a emitir su voto, asegurándoles que algún día conseguirán frenar esa violencia, que la misoginia no las perseguirá como un estigma, que la muerte no está en su propia casa.