Monday, February 20, 2006

Estos días la bestia ha sido menos agresiva. Ya no intenta quebrar las maderas ni golpea con sus cuernos el muro metálico. Los dos esperamos lo mismo, que el otro muera de hambre. De todas formas, después de eso no quedará mucho para sobrevivir. Recuerdo los primeros días escucharlo decir que tocaba el piano como un animal que era la luz del sur.

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