los marcianos llegaron ya

Un equipo interdisciplinario de la UNAM empezó esta semana a plantar árboles en la cara sur del Pico de Orizaba, por encima de la llamada "línea de bosque", para estudiar los retos a los que se enfrentaría el proyecto de crear en Marte condiciones propicias para la vida. El bosque del Pico de Orizaba es el más alto del mundo. La "línea de bosque", como se le llama al límite hasta donde crecen árboles, no suele ser más alta que cuatro mil metros sobre el nivel del mar, pero en el Pico de Orizaba ésta llega hasta los cuatro mil 200 metros.Por esa razón el volcán ha llamado la atención de los científicos, interesados en investigar las características de la vida que se da en condiciones extremas. El experimento consiste en plantar mil árboles en la ladera del Pico de Orizaba, divididos en grupos de 100. El primer grupo se plantó apenas por encima de la línea de pastizales, aproximadamente a cuatro mil 500 metros sobre el nivel del mar. Los siguientes grupos se plantan con una distancia de 25 metros entre sí, a cada vez menor altura, hasta tener uno o dos grupos de árboles sembrados por debajo de la "línea de bosque", es decir, donde ya hay árboles, a manera de control.El astrobiólogo Rafael Navarro González encabezó un equipo integrado por cinco investigadores, dos de ellos microbiólogos de la Universidad Estatal de Louisiana. A pesar de los cuidados en la siembra y de la calidad de los árboles, Navarro González aceptó estar consciente de que la mayoría no sobrevivirá. Su objetivo es definir en qué punto se colapsa el crecimiento de los árboles. Su hipótesis es que lo que limita el crecimiento del bosque son las bacterias que se encargan de convertir el nitrógeno del ambiente en amoniaco, del que se nutren las plantas.Los científicos suponen que las bajas temperaturas que se experimentan por encima de la "línea de bosque" no permiten que estas bacterias lleven a cabo su función, la "más costosa que se produce en la naturaleza", ya que requiere de mucha energía para hacer la conversión química. El experimento de la UNAM es parte de un ambicioso proyecto con miras a "terraformar" Marte, es decir, a crear en ese planeta condiciones iguales a las de la Tierra. La idea es identificar los retos a los que se enfrentaría la introducción de árboles en el ambiente marciano, una vez dadas las condiciones previas.Milenio Diario, 44