terrorrismo en la frontera

Una bomba cayó en el centro historico de Ciudad Juárez dejando huérfanos de plaza a decenas de vagabundos y cientos de escritores y literatos que acostumbraban deambular por la zona presumiendo su extensa cultura, prometiendo aqui y alla la publicacion de su proximo libro, hablando mal de sus colegas enemigos y peor aún de sus amigos. Dejó tambien la ausencia de los libros contenidos en el Centro Municipal de las Artes quienes representaban el 98 % del total de los libros en esta ciudad fronteriza y debido a sus altos precios, inaccesibles para los lectores que viven de la caridad de sus familiares, amigos y desconocidos y de los que trabajando sobreviven el verano releyendo Pedro Páramo en una edcición heredada de un escritor que se fue de mojado a los estados unidos. A pesar de esto, al atentado no tuvo efecto en la mayoría de los escritores juarenses que no poseen libros ni los compran ni siquiera los roban y que han encontrado en los blogs un espacio para lanzar insultos, defenderse de esos mismos insultos y pregonar la altanería clasica de los rincones olvidados del país. Como la mayoría no lee ni escribe, solo presume que lee y escribe, este atentado terrorista en contra del arte juarense fue frustado por esos valientes escritores que no se bañan ni se visten bien y recurren a las lecturas como centro de reunión para deambular y conseguir libros, autografos y vino de mesa, esto ultimo lo mas rescatable. El atentado terrorista dejó tambien a Juárez sin miles de palomas pero como estas palomas no sabían ni leer ni escribir ni dar lecturas ni pedían ser publicadas, su muerte sigue siendo irrelevante hasta el cierre de esta edición.