Saturday, May 20, 2006

Y hablando de la señorita Cora, comencé hace unos meses a escribirme por medio del e-mail (moderno sistema de comunicación que sustituye el correo y los timbres de los que hablaba Cortázar, que remplaza tambien la idea anónima de la botella al mar) con una señorita que no se llama Cora a la cual ya tenía tiempo de haber conocido. Nunca me pasó por la cabeza invitarla a salir o hablarle sino que un de repente me encontré enmedio de los mensajes, del subject, del reply. Eso fue suficiente para que la chica a los tres días tuviera novio. Antes de eso siempre andaba sola moviendo sus enormes nalgas de un lado para otro sonriendo con todos, y justo el día que me propuse luego de unos cuatro reply invitarla a salir, la veo en la mañana caminando abrazada con un tipo. Eso no me causo sorpresa, solo confirmó mi torpeza con las mujeres. Ella ni siquiera me gustaba mucho solo tenía la curiosidad de explorar aquel trasero que se mantenía lejano a las leyes de la gravedad. Y por qué de la señorita Cora? Porque un día me soltó así de repente que le gustaba leer a Cortázar entre otros escritores argentinos. Cuando piensas que la vida es absurda, ésta te da una bofetada mayor. Por qué a una chica como ella habría de gustarle Cortázar? Una empleada sin ninguna virtud en particular con sus grandes ojos de gelatina estudiante de administración de empresas. Y que una chica así me rechazara sin siquiera haberla invitado a salir solo me pone en el lugar donde estoy ni más ni menos. Cuando la conocí me dijo, ando un poco desvelada porque ayer fui al funeral de una persona que se murió. Pensé entonces que bien podría escribir para el cine mexicano.

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